miércoles, 29 de abril de 2009

El momento de decir adiós


En estos días hemos estado discutiendo en el espacio radial “Súper Show de la Pelota”, sobre el futuro de Pedro Martínez y cuál entendemos que es el paso lógico y conveniente que debería dar el “Astro de Manoguayabo”.

Tanto yo como mis compañeros en el programa, Hansel Matthews y Alfredo Espinoza, coincidimos en que llegó la hora de que el lanzador dominicano diga adiós a los escenarios de las Grandes Ligas.

Esta posición ha provocado el desacuerdo de varios de los oyentes que nos llaman a diario, quienes hasta han tildado de injustos y destructivos a todos los cronistas deportivos que piensan como nosotros.

El argumento que ellos utilizan es que Pedro ha sido muy grande, una gloria para el país, y que él puede hacer un mejor trabajo que mucho de los pitchers que andan cogiendo palos por ahí.

Eso es cierto, pero justamente por lo extraordinario que ha sido el tres veces ganador del Cy Young es que creo innecesario que después de haber tocado el cielo del béisbol, sea él mismo quien se ponga en una situación tan incomoda.

Martínez ya logró todo en un terreno de juego: premios, fama, respeto, un anillo de campeón, jugó en una selección de su país y definitivamente sus números lo convierten en un futuro miembro del Salón de la Fama, además de que tiene dinero, mucho dinero que no gastaría en tres vidas más.

Agreguémosle a todo eso que el hombre tiene casi 38 años, que en los pasadas 3 temporadas sus estadísticas han caído estrepitosamente (sólo 17 triunfos y efectividad de 4.22), que no sale de una lesión y que a esta altura de juego todavía no tiene ningún contrato.

En mi opinión, el ex ídolo de Boston puede perder más de lo que puede ganar, porque por sólo poner un caso, el serpentinero ha visto como su efectividad de por vida se acerca paulatinamente a 3.00 y su porcentaje de ganados y perdidos desmejora notablemente.

Tomando todo eso en cuenta surge una pregunta obligada: ¿Qué busca Pedro Martínez en las Grandes Ligas? La respuesta habría que buscarla en boca del mismo jugador, porque la verdad es que por más vueltas que le doy al asunto, yo no la encuentro.

domingo, 19 de abril de 2009

Un club cada vez menos exclusivo



Hasta hace poco tiempo, había que esperar muchos años, y a veces hasta décadas, para ver a los bateadores de las Grandes Ligas conectar 500 jonrones.

Pero las cosas han cambiado mucho y es cada vez más frecuente ver como los toleteros contemporáneos arriban a esta cifra, que poco a poco se hace menos exclusiva.

Sólo han transcurrido unos días desde que Gary Sheffield se convirtió en el jugador número 25 que llega a la apetecida marca, encendiendo un debate sobre si ese logro lo hace merecedor de un lugar en el Salón de la Fama.

Antes, disparar 500 cuadrangulares era una garantía para automáticamente optar por un boleto directo a Cooperstown. Ahora, hay mucho espacio para discutir si quién los da, realmente vale lo que cuesta.

Entre las cosas que han provocado este cambio, está en primer orden, la creencia de que muchos de los bateadores de esta época han inflado sus números de poder gracias al uso de esteroides.


Es mucha coincidencia que en el periodo señalado como el de mayor auge de estas sustancias, haya aumentado de manera tan desproporcionada la cantidad de miembros que se han sumado al club.

En 123 años de béisbol (desde 1876 hasta el 1999) sólo 15 jugadores habían sido capaces de llegar a tan significativo dígito, los 10 restantes lo hicieron de ahí en adelante. Si hacemos un sencillo cálculo matemático, observaremos que nada menos que el 40% de la prestigiosa cofradía, se unió al círculo en la última década.

Por estas razones, para mí y para muchos, los 500 jonrones de ahora tienen el valor que tenían los 400 hace 15 años, y los 600, son hoy lo que eran los 500 por aquellos tiempos.

Ese es un argumento por lo que en la actualidad ya no es definitivo hacer lo que acaba de hacer Sheffield para ser considerado un inmortal del deporte, sino que en lo adelante habrá que adornar esa estadística con otros elementos que redondeen la carrera de un jugador.

domingo, 12 de abril de 2009

Y el número uno es...



La pregunta de moda en la NBA gira alrededor de Kobe Bryant y Lebron James para determinar cuál de los dos es el mejor de la liga.

Para poder ser justos, debemos hacer la comparación tomando en cuenta el presente, la actualidad, ya que el futuro es incierto y si tomamos como referencia el pasado, el defensa tirador de los Lakers tendrá una ventaja lógica, pues es más veterano que el número 23 de Cleveland, lo que le permite tener más logros y estadísticas más abultadas.

Kobe tiene a su favor que es un mejor tirador desde el campo y detrás de línea de libres y que en los momentos de presión, justo cuando hace falta un hombre que no se esconda para tirarla, puede ser mucho más decisivo que Lebron.

Asimismo, sus cualidades defensivas superan a las de “El Rey”.

Podemos agregarle a esto que Bryant se ha vuelto un jugador menos egoísta en la duela, lo que definitivamente lo hace un mejor jugador de equipo, algo que redunda en beneficios para su conjunto.

Cuando hablamos de los puntos que James tiene a su favor, sin lugar a dudas lo primero que nos llega a la mente es su extraordinario físico y su gran versatilidad, lo que lo convierte en el jugador más completo de toda la NBA. Sus números confirman esta tesis: 28.3 ppj, 7.6 rpj, 7.3 apj.

Cuando se habla de esta clase de súper dotados uno podría pensar que cualquiera que sea considerado el mejor se lo merece, pues ambos están en un nivel muy similar.

Creo que al final de la temporada la balanza podría inclinarse hacia uno de estos dos come hombres, si es que uno de ellos puede llevar a su equipo a ganar el título de la liga. Pero en lo que el hacha va y viene, por todo lo mencionado anteriormente y por creer que tiene un mayor liderazgo, yo me quedo con el ex greñú de Los Ángeles ¿Y usted?

miércoles, 8 de abril de 2009

¿Hasta las cuantas es?



Nuevamente el maleante e infeliz de José Canseco se destapa con una de sus ya acostumbradas joyitas al decir que EL CREE que Manny Ramírez también ha consumido esteroides y que está en el listado de 103 jugadores que supuestamente dieron positivo hace algunos años.

Señores, ¿Y es que no hay nadie que le cierre la boca a este señor?

Todo este lio que ese hombre ha armado con su dedo acusador, lo único que ha hecho es empañar la imagen del béisbol. Ojo, él no es el exclusivo responsable de esa situación, pero sin lugar a dudas, ha jugado un rol protagónico en todo este escándalo.

Hace rato que el comisionado y los altos directivos de las Grandes Ligas debieron de buscar (y sobretodo, encontrar) la manera de pasar este capítulo gris del béisbol, para así tratar de recomenzar de nuevo y trabajar para volver a darle credibilidad al juego.

¿Qué podría suceder si cada uno de los ídolos que tienen los fanáticos se hunden?

No está en discusión que el ex toletero cubano ha sido muy certero con los dardos lanzados a sus colegas, pero más allá de que tenga razón o no, pienso que ya es tiempo de que este drama finalice de una vez y por todas, porque repito ¿Qué o quién gana con todo este show? En mi humilde opinión, nadie.

Cada vez que las cosas están como por tranquilizarse, este dañino arremete contra alguien más y causa un avispero, y lo mejor de todo, admitiendo de manera descarada que no tiene ninguna prueba para hacer esa acusación. La base de su suposición es el hecho del tiempo que tardó el melenudo de los Dodgers en conseguir un contrato.

Yo no meto las manos en el fuego por Manny (ni por ningún otro jugador) sobre todo con las declaraciones tan tímidas que dio el dominicano para defenderse, pero por Dios… ¿Hasta las cuantas es?

domingo, 5 de abril de 2009

Yo me pregunto


Con el inicio de cada temporada del béisbol de las Grandes Ligas, surge una serie de preguntas sobre las cosas que podrían suceder en torno a jugadores y equipos.

Aquí están algunas de las interrogantes que como yo, de seguro se hacen muchos seguidores del béisbol.

¿Qué clase de desempeño (y actitud) tendrá el señor Manny Ramírez siendo un año más viejo y ya con un contrato garantizado de muchos millones de dólares que lo libra de tener que esforzarse en demasía para robustecer su cuenta bancaria?

¿Podrá David Ortiz volver a poner estadísticas similares a las que logró cuando su pana Manny lo protegía en la alineación de Boston, para así callar la boca de quienes dudan que sus grandiosos números fueran alcanzados por méritos propios?

¿Habrá algún equipo que evite que Pedro Martínez se pase la temporada completa pescando?

¿Alex Rodríguez y Miguel Tejada podrán con actuaciones sobresalientes rescatar parte de la buena reputación que perdieron tras salir implicados en el escándalo de los esteroides?

¿Serán revelados los 103 nombres que faltaron por mencionar de la famosa lista que llevó a A-Rod a admitir que uso sustancias para mejorar el rendimiento?

¿Cuál será el destino de Barry Bonds y Roger Clements?

¿Será este el año en el que finalmente Nelson Cruz de todos los palos que le fueron pronosticados al inicio de su carrera?

¿Lograrán establecerse como jugadores de importancia Ubaldo Jiménez, Melky Cabrera, Johnny Cueto, Edwin Encarnación, Anderson Hernández, Emilio Bonifacio, Félix Pie y los hermanos Erick y Willy Aybar?

¿Podrán los Metros de Nueva York justificar su nómina millonaria y aguantar hasta el último día la presión que supondrá luchar contra los actuales campeones mundiales?

¿Demostrarán los Rays de Tampa que lo que hicieron en el 2008 no fue un milagro?

¿Terminarán los Yankees su sequía de campeonatos?

¿Pagarán los Tigres de Detroit su cuenta pendiente?

Muchos podríamos anticiparnos a contestar algunas de estas preguntas, pero será en La Próxima Jugada en donde encontraremos las respuestas irrefutables que el tiempo nos dará.